Égloga | Qué es, tipos, ejemplos y autores

Es uno de los subgéneros literarios de poesía lírica que han cultivado algunos de los escritores en lengua española. Por eso, queremos contarte todo sobre la Égloga | Qué es, tipos, ejemplos y autores.

Qué es una Égloga

La égloga toma la forma de un poema lírico clásico, muchas veces plasmado como un monólogo o de un diálogo. Cuando tiene la forma de un diálogo se asemeja a una obra de teatro en un solo acto, similar a un monólogo.

Las historias que se cuentan, son cortas y sólo hace falta un acto, porque no necesita cambios de ningún tipo.

El tema, la conversación y los personajes, que suelen ser dos o tres, mantienen una conversación y crean una historia, a través de ese diálogo. Tiene un principio, un nudo y un desenlace, pero se mantiene todo dentro del mismo acto.

La música es la que tiene gran protagonismo porque es la que va marcando las pautas y los tiempos de cada diálogo, y se llega a recrear historias sencillas que se tornan dramáticas, estremecedoras y hasta divertidas.

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Por qué se hicieron famosas las églogas

Las églogas se vienen realizando desde el siglo IV a.C. Pero con el paso de los años se han tenido que ir modificando y actualizando.

En el Imperio Romano están las bucólicas, pero con otro nombre, Idilios, y llegó a sus tierras en el siglo I a.C., de la mano de Teócrito, un amante del poema y la cultura, cuyos poemas, siempre tuvieron carácter pastoril. En el año 275 a.C., conoció a Calímaco y a Apolonio de Rodas, que amaban lo pequeño y lo novedoso y, partiendo de allí, aparecieron las primeras églogas oficiales y que actualmente conocemos. Podría decirse, que Teócrito fue el creador del género. También apareció Virgilio.

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Características de las églogas

Las características de las églogas son:

  • Tienen un total de 30 estrofas
    • Cada estrofa se llama Estancia
    • Cada estrofa tiene 14 versos de 11 y 7 sílabas
    • Rima consonante
    • Su esquema métrico es: ABCABCcddEEFeF
  • Su temática principal es el amor y está contado desde el diálogo de dos pastores
  • Son muy similares a piezas de teatro breves
  • El campo es un elemento protagonista
  • La música también tiene un peso específico en la trama

Obviamente, estas características estaban abiertas a cambios, modificaciones e innovaciones que fueron llegando con el paso del tiempo.

Temática de las églogas

Las temáticas de las églogas tienen un elemento en común: su origen pastoril y el amor. En ellas, un par de campesinos o pastores conversaban tranquilamente.

Pastores y campesinos

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Dependiendo de la égloga que se vaya a representar, se encargan de colocar a campesinos o pastores. ¿Por qué suelen ser este tipo de personajes? Porque trata de meter al ser humano medio, humilde, que trabaja y tiene acceso a más emociones por la satisfacción o por la resignación.

Además, uno de los nombres por los que se les conoce a las églogas, como ya sabemos, es bucólicas, que significa canto de pastores

Amor

El amor suele ser el tema principal, ya que de allí parten los mejores sentimientos, y también los peores. Por eso, acaban rondando esta emoción, porque tiene mucho juego y porque partiendo de este sentimiento, puede evolucionar a otras emociones.

Naturaleza paradisíaca

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Siempre suelen ponerse a los personajes dentro de un escenario que representa las maravillas de la naturaleza, porque representaba la belleza en sí, un ejemplo de perfección. Además, varios autores, haciendo un guiño a sus tierras, empleaban como fondo paisajes relacionados a su tierra natal, para poder representar estas bucólicas.

Música

La música es la que va marcando el compás de la escenificación. Con la música, el público sabe cuándo hay un momento más sobrecogedor que otro, un momento dramático, alegría, tristeza… todos los autores admiten que la música es la que da el ritmo a las églogas.

Églogas famosas

Las églogas famosas ya aparecen en tiempos de los griegos. Muchos autores dan el mérito de ser las primeras a las escritas por Teócrito, los Idilios, por supuesto, pero ya sabemos que Teócrito le dio el nombre al género. Luego le siguieron autores como Mosco y Bión de Esmirna.

Y gracias a Virgilio, fue cuando pegó el escopetazo de salida, para que las églogas estén tan presentes ahora, aunque ahora los llamamos monólogos y, a veces, tienen otro significado.

Hubo otros autores romanos que escribieron églogas de fama y fueron Nemesiano, Calpurnio Sículo y Ausonio. Ya en el Renacimiento, el italiano Giovanni Boccaccio y Jacopo Sannazaro con su Arcadia, las églogas retratan a personajes reales y empiezan a mezclar la lírica con la prosa. Así comienzan a aparecer novelas pastoriles, que ya sólo mantienen la temática de las églogas originales.

Autores de Églogas

También, tenemos autores de églogas castellanos que, son conocidos por sus obras y que pertenecen sobre todo, al Siglo de Oro español.

Lope de Vega

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Sus obras destacaron por tener un estilo sobrecargado, pero destacó por su famoso “La Arcadia” y “El verdadero amante”, que lo escribió, con tan sólo 13 años.

Juan Boscán

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Poeta español, de origen catalán, cuya casa siempre había sido punto de referencia para mantener una tertulia literaria. Introdujo los conceptos de “endecasílabo”, “soneto”, “canción en estancias”… por lo que fue un poco innovador.

Garcilaso de la Vega

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Este famoso escritor y poeta, creo églogas de renombre como “El dulce lamentar de dos pastores”, donde habla con dulzura y pasión la triste muerte de Divina Elisa. O la extensa égloga llamada “en medio del invierno está la templada”, donde de manera divertida, le pone un acento andaluz a los personajes.

Juan del Encina

Creando hasta 8 dramáticas églogas, antes del siglo XVI, fue poeta, músico y autor teatral del prerrenacimiento español, durante la época de los Reyes Católicos.

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Creó “Égloga de Plácida y Vitoriano”, una de las creaciones más complejas, ya que tenía mucha intriga y el escenario era una combinación entre ciudad y campo, corte y campesinos. Le gustaba meter otros personajes, de tipo mitológico y unos cuantos personajes más, para hacer esta égloga de lo más compleja, pero interesante.

Lucas Fernández

Sus Farsas y Églogas al modo pastoril, editadas a principios del siglo XVI son historia de la literatura, ya que una de ellas, el Diálogo para cantar, se considera como el preludio de lo que más adelante sería la zarzuela. Casi nada. En el resto de su obra, Lucas Fernández destaca por tener siempre muy presente el amor.

Sus personajes, repetidos en muchas de sus églogas, combinan comedia, drama o sainetes navideños con el tema romántico siempre presente. Con el paso de los años, el autor fue perfeccionando su forma de definir a los personajes, sobre todo a sus pastores, mucho más vulgares y ramplones que los de Juan del Encina, su némesis literario en la época.

Hernando de Acuña

Combo curioso el que presentaba Hernando de Acuña en sus credenciales: poeta y soldado.

Su obra cuenta, además de con églogas, con sonetos, fábulas, epístolas o canciones. Dedicó algunas de sus obras a gente como Carlos V o a Garcilaso de la Vega, con quien le unía una sincera amistad.

Francisco de la Torre

Francisco de la Torre es uno de los autores más conocidos en lo literario.

El petrarquismo marcó gran parte de sus obras, así como lo hizo la ciudad de Toledo, donde también compartió amistad con Garcilaso de la Vega. De hecho, sus ocho églogas se recogen en una obra mayor llamada Bucólica del Tajo. La noche y la soledad de quien añora a su amada, marcaron la temática de su obra. Una obra marcada por una eterna melancolía heredada de su amigo toledano, pero llevada al extremo en la mayoría de los casos.

Pedro Soto de Rojas

Pasó su vida a caballo entre su Granada natal, donde moró, y su Madrid de adopción, donde estudió y trabajó un tiempo. No obstante, fue en la localidad andaluza donde terminó como canónigo de la Iglesia de San Salvador, a principios del siglo XVII, tras estudiar Teología.

Hay una notable influencia de Góngora en su obra, como se apreció en su Desengaño de amor en rimas y, sobre todo, en Los rayos de Faetón y en Paraíso cerrado para muchos, jardines abiertos para pocos con los fragmentos de Adonis.

Bernardo de Balbuena

Nacido en Valdepeñas, en plena Castilla-La Mancha profunda, Bernardo de Balbuena se fue muy joven a México, donde se ordenó sacerdote. Ya como tal, vuelve a España a principios del siglo XVII, en busca de un cargo de relevancia en la curia patria. Mientras llegaba y no llegaba, publicó Siglo de oro en las selvas de Erífile, novela pastoril con cierto regusto a Lope de Vega.

Su obra más famosa: El Bernardo o Victoria de Roncesvalles.

Juan Meléndez Valdés

De hecho, sus obras son lastimeras y tristes. Uno de los escritores más depresivos del siglo XVII. Las Bodas de Camacho El Rico o Las enamoradas anacreónticas son dos obras complicadas de leer.

Ejemplos de Églogas

Garcilaso de la Vega – El dulce lamentar de dos pastores

Salicio

“¡Oh más dura que mármol a mis quejas,

y al encendido fuego en que me quemo

más helada que nieve, Galatea!,

estoy muriendo, y aún la vida temo;

témola con razón, pues tú me dejas,

que no hay, sin ti, el vivir para qué sea.

Vergüenza he que me vea

ninguno en tal estado,

de ti desamparado,

y de mí mismo yo me corro agora.

¿De un alma te desdeñas ser señora,

donde siempre moraste, no pudiendo

de ella salir un hora?

Salid sin duelo, lágrimas, corriendo…“

Nemoroso

«Corrientes aguas, puras, cristalinas,

árboles que os estáis mirando en ellas,

verde prado, de fresca sombra lleno,

aves que aquí sembráis vuestras querellas,

hiedra que por los árboles caminas,

torciendo el paso por su verde seno:

yo me vi tan ajeno

del grave mal que siento,

que de puro contento

con vuestra soledad me recreaba,

donde con dulce sueño reposaba,

o con el pensamiento discurría

por donde no hallaba

sino memorias llenas de alegría”.

Virgilio – Bucólicas

Melibeo:

«Títiro, tú, recostado al amparo de un haya frondosa,

ensayas en tu delgado caramillo silvestres melodías;

nosotros dejamos los confines de la tierra natal y las queridas campiñas;

y nos exiliamos de nuestra tierra; tú, Títiro, a la sombra, despreocupado,

enseñas a la bella Amarilis a hacer resonar el monte»

Títiro:

«Oh Melibeo, un dios nos ha creado estos ocios,

porque él será siempre para mí un dios;

un tierno cordero de nuestros apriscos ensangrentará siempre su altar.

Como ves, él ha permitido pacer tranquilas a mis vacas

y a mí mismo tocar lo que quiera en una rústica caña».

Juan del Encina – Égloga de Cristino y Febea

Cristino:

«En buena hora estés, Justino»

Justino:

«¡O Cristino!

Tú vengas tanbién en tal,

amigo mío leal.

¿Fasta dó llevas camino?»

Cristino:

«Fasta aquí vengo no más»

Justino:

«¿Y no vas

adelante más de aquí?»

Cristino:

«Que no vengo sino a ti

ver qué consejo me das»

Justino:

«Debes de buscar consejo

de hombre viejo»

Cristino:

«Soncas, por el tuyo ve»

[…]

Febea:

«¡O Cupido muy amado,

deseado

de los hombres y mujeres!

Manda tú lo que quisieres,

no saldré de tu mandado”

Lope de Vega – La égloga a Claudio

“Así, después de tantas dilaciones

con modestia pacífica sufridas,

forzadas e impelidas

de tantas sinrazones,

salen entre soberbias humildades

de la mina del alma las verdades.

[…]

Voy por la senda del morir más clara

y de toda esperanza me retiro;

que solo atiendo y miro

adonde todo para;

pues nunca he visto que después viviese

quien no miró primero que muriese”

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