Aunque no es un género literario como tal, si que existe una serie de relatos, principalmente cuentos y novelas, que tienen puntos en común y que podrían englobarse lo que llamamos literatura navideña.
Estas obras suelen caracterizarse por tener una finalidad eminentemente moralizante, en la que los buenos sentimientos y al generosidad suelen estar muy presentes. Ambientadas en Navidad, suelen estar protagonizadas por personajes desgraciados o desvalidos de alguna forma, que encuentra consuelo y solución a sus problemas en estas mágicas fechas. La magia y la fantasía también suelen ser las protagonistas y, en algunos casos, se las salpica con un punto de terror bien dosificado.
Merece la pena en estas fechas realizar una recopilación de las 10 obras de este género más importantes, desde nuestro punto de vista, en la literatura universal. Algunas de ellas ya las hemos tratado como Cuento de Navidad de Charles Dickens o El Cascanueces de Ernst Theodor Amadeus Hoffmann. Del resto os iremos hablando en futuros artículos (que vincularemos a este top) para que os animéis a descubrir, si aún no las conocéis, estas fantásticas joyas de la literatura.
Las 10 mejores historias navideñas de todos los tiempos
Os dejamos aquí nuestro particular top 10 de las mejores historias navideñas de todos los tiempos (no dudéis en sugerirnos aquellas obras que penséis que deberían estar aquí). Si pincháis sobre ellas, os llevarán a comprar el libro, con un 5% de descuento:
- Cuento de Navidad – Charles Dickens.
- El Cascanueces y el Rey de los ratones – Ernst Theodor Amadeus Hoffmann.
- Cuentos de Andersen – Hans Christian Andersen.
- Cartas de Papá Noel – J.R.R. Tolkien.
- Rumpelstiltskin – Hermanos Grimm.
- El Soldadito de Plomo – Hans Christian Andersen.
- Hansel y Grettel – Hermanos Grimm.
- El Gigante Egoísta – Oscar Wilde.
- La reina de las nieves – Hans Christian Andersen.
- El Premio Gordo – Blasco Ibáñez.
- Una visita de San Nicolás – Clement C. Moore
Historias navideñas: Cuento de Navidad, de Charles Dickens
Cuento de Navidad es una enternecedora y magnífica historia en la cual se muestra el poder que tiene esta época en las personas. Y tan fuerte es ese poder que es capaz de cambiar al más egoísta del mundo para volverlo generoso; al más intransigente para que actúe de forma más permisiva; al más desalmado para hacerle redescubrir su propio hueco en el mundo; y por supuesto, al más desdichado para que acepte la felicidad que surge en su nueva vida.
Todos estos logros son conseguidos gracias a la Navidad y a todas esas buenas vibraciones que la época navideña desprende, pues las intenciones de cooperación y solidaridad se vuelven indispensables, creando así una atmósfera cargada de amor, amistad y voluntad.
Pero no le resultará fácil ese cambio. Nuestro personaje, aquel al que Dickens decidió darle la oportunidad de mostrar al mundo que las personas pueden ser buenas si quieren, deberá pasar por unas duras experiencias hasta llegar a su destino, hasta ese momento en el que se da cuenta de que ha estado viviendo la vida de la peor forma posible, desaprovechando miles de oportunidades de celebrar las fiestas con alegría, de ser tan feliz como el resto sí era capaz de serlo.
Este intenso cuento de Dickens nos hace ver que no debemos enfadarnos con el mundo, que el ceño fruncido no siempre es buena opción, y que, a pesar de nuestro egoísmo, nada nos hará sentir mejor que compartir aquello que tenemos con quienes de verdad lo necesitan y valorarán. Bien se trate del dinero del que dispongamos, de un techo bajo el que dormir, o del amor que guardamos en nuestros corazones.
Historias navideñas: El Cascanueces y el Rey de los ratones, de Ernst Theodor Amadeus Hoffmann
El Cascanueces es toda una aventura maravillosa en la que nuestra protagonista deberá mostrar su cariño y agradecimiento por aquello que más valora, por las oportunidades de las que dispone y por ser capaz de introducirse dentro de un increíble mundo de fantasía y aventuras. En él, Marie deberá ser firme en sus convicciones, defender aquello en lo que cree y enfrentarse a las batallas apoyando a quien lo merece.
La historia comienza cuando la niña, la más pequeña de los hermanos, descubre un cascanueces oculto en su árbol de Navidad. Juntos vivirán momentos únicos que harán de la protagonista una niña feliz y capaz.
Lo más idílico y destacable de este texto de Hoffmann son sus descripciones, a través de las cuales puede incluso respirarse ese ambiente dulce del Reino de los caramelos, todo un mundo donde la dulzura es comestible y la diversión está asegurada, un mundo donde realizar todos tus sueños de cuando eras niño. ¿A quién no le gustaría siquiera atravesar esos árboles tras los que aguardaban el júbilo y el olor a caramelo del Reino?
De nuevo, los valores navideños vuelven a introducirse en la historia para alcanzar nuestro espíritu, el cual se empapa de valor, humildad y la capacidad de soñar.
Historias navideñas: Cartas de Papá Noel, de J.R.R. Tolkien
Las cartas de Papá Noel, de J.R.R. Tolkien, también se encuentra en nuestro top 10 de historias navideñas que podéis leer en estas fechas, por su sentimentalismo y melancolía que producen. A más de uno le dejará una sonrisa de oreja a oreja, pero a todos nos producirá ternura.
Esto es así por las Cartas de Papá Noel, no son nada más y nada menos que las cartas que Tolkien escribía a sus hijos en fechas navideñas, como si fuera Papá Noel. En ellas relataba las aventuras del señor de rojo que reparte regalos, y les mandaba buenos deseos, a la vez que les recordaba lo bien que debían portarse para poder optar a sus regalos llegado el día de Navidad.
La tradición que comenzó Tolkien con sus hijos en 1920 duró hasta 1943, cuando su hija menos cumplió los catorce años. Pasados tres años, la mujer de hijo Christopher (Baillie Tolkien) editó las cartas para recopilarlas en este precioso cuento navideño.
Historias navideñas: Rumpelstiltskin, de los Hermanos Grimm
Rumpelstiltskin es pequeño duende, algo maligno, que procede de cuentos del folclore alemán. Los Hermanos Grimm le utilizaron e incorporaron a este personaje en muchos cuentos, incluso contando su historia en el top de nuestras historias navideñas.
Se cuenta que un molinero, queriendo impresionar al Rey del pueblo, le asegura a este que su hija hila tan bien que puede hilar paja y convertirla en oro. El rey se queda tan impresionado con la proeza de la hija del molinero que le pide que lleve a su hija a palacio para demostrarlo. Cuando la hija llega al palacio, el Rey dedice meterla en una habitación llena de paja y exigirle que demuestre su don convirtiéndola en paja y si no lo consigue, acabará con su vida.
La hija, tras horas encerrada en la habtiación llorando y desesperada por no saber qué hacer, aparece a su lado un duendecillo que le pide su collar a cabio de hacer él la tarea de convertir la paja en oro, y así lo hace la chica. Cuando el Rey ve lo que ha conseguido, mete a la hija del molinero en una habitación más grande con más paja, para que haga lo mismo o sino, le matará.
En esta ocasión, vuelve a aparecer el duendecillo dispuesto a realizar la proeza pero a cambio del anillo de la chica. La chica acepta el trato y, de nuevo, la paja se convierte en oro. Entonces, el Rey encierra a la chica en una habitación más grande y con más paja para que realice la misma tarea que en las habitaciones anteriores y, si lo consigue, el Rey se casará con ella. La chica vuelve a recurrir al duendecillo que esta vez le pide a cambio su primer hijo. La chica acepta el trato y se casa con el Rey para, un año después, tener su primer hijo sin recordar la deuda que guardaba con el duendecillo. Cuando el niño nace, el duende viene a por él y acepta devolverlo a su madre si la, ahora Reina, puede decir su nombre, el nombre del misterioso duende.
Entonces, la Reina le pide a todos sus guardias que investiguen y pregunten en las calles por el nombre de este misterioso duende. Entonces, un campesino del pueblo reconoce al duende, al que ha visto cantando en torno a una hoguera una canción en la que menciona su nombre: Rumpelstiltskin. El duende se enfada tanto por no poder cumplir su deuda, que golpea el suelo hasta hundirse medio cuerpo. De ahí proviene su nombre, de dos palabras alemanas que significan «ruido» y «zanco».
Historias navideñas: Una visita de San Nicolás, de Clement Moore
«Una visita de San Nicolás«, también conocida como «La noche antes de Navidad» o «La noche antes de la Navidad» se trata de un poema publicado en el año 1823 y es de Clement Moore, aunque en el momento de la publicación se hizo de forma anónima.
Este poema es uno de los grandes participes de que la idea sobre Papá Noel haya evolucionado y cambiado, sobre todo en la cultura norteamericana, por ejemplo en el momento de hacer regalos a la gente que queremos. Este poema ha sido interpretado muchas veces por artistas conocidos y acompañado de música.
Historias navideñas: El Soldadito de Plomo, de Hans Christian Andersen
Otra de nuestras mejores historias navideñas es El soldadito de Plomo, de Hans Christian Andersen. En esta historia se cuenta cómo un soldadito de plomo que forma parte de una caja de juguetes y al que le falta una pierna porque se quedaron sin metal por fundir, se enamora de una bailarina de juguete a la que también le falta una pierna, por la misma razón.
Cuando un duende se entera de su amor, le prohíbe mirar a la bailarina y le lenza por la ventana. Es entonces cuando la vida del soldadito se verá envuelta en miles de aventuras para, al final, acabar junto a su amada en una terrible situación que dejará ver al lector el gran corazón del juguete de plomo.
Historias navideñas: Hansel y Grettel, de los Hermanos Grimm
Hansel y Grettel también es una de las historias navideñas más clásicas para contar a los niños. El cuento comienza cuando la madastra de los niños convence al padre de deshacerse de los niños, abandonándolos en el bosque porque ya no tenían con qué dinero alimentarles. Hansel, que había estado escuchando la conversación, sale a recoger piedras para marcar un camino con ellas y poder regresar a casa cuando les soltasen en el bosque.
Cuando los niños regresan a casa al día siguiente, la madastra se enfada y decide que esta vez les llevará más lejos en el bosque para que no puedan volver. Hansel quiere otra vez buscar piedras para poder, de nuevo, marcar el camino, pero esta vez la madastra cierra con llave la puerta y no puede salir. Entonces decide marcar su camino con migas de pan. Sin embargo, no tiene en cuenta a los pájaros, que terminan por comerse las migas y así los niños se pierden en el bosque.
Siguiendo a otro pajarillo, encuentran una cosa hecha de dulces y los niños empiezan a comerla hasta que aparece una bruja, dueña de la casa que tiene la intención de comerse a Hansel y quedarse a Gretel de criada. En entonces cuando Gretel convence a la bruja para que se acerce al horno y le empuja dentro de él. Los niños cogen perlas y piedras preciosas de la bruja y vuelven a casa, cuando su madrastra ya ha muerto. Entonces los niños, con su padre, se hacen ricos y viven felices.
Historias navideñas: El Gigante Egoísta, de Oscar Wilde
El gigante egoísta es otra de nuestras historias navideñas elegidas, para que puedas leer este año. Este cuento, de Oscar Wilde, es algo más complicado que los anteriores y definitivamente, tiene un toque más adulto y maduro.
La historia comienza con un gigante egoísta que no dejaba a los niños jugar en su jardín y construyó un muro para que ellos no pudiesen colarse. Es entonces cuando la tristeza se apodera del jardín y los árboles se secan sin florecer. Entonces el gigante, arrepentido, invita a los niños a jugar a su jardín, derrumbando el muro que había construído. De entre todos los niños, se encariña más de uno que tiempo despúes desaparece y no le vuelve a ver.
Un día, habiendo pasado muchos años, el gigante vuelve a ver el niño que echaba de menos, herido en las manos y en los pies, sobre unas flores blancas de su jardín. Cuando el gigante se acerca al niño y le pregunta quién le ha hecho daño para vengarse de él, el niño le explica que sus heridas son las heridas del amor, que él es Jesucristo y que al igual que él le dejó jugar en su jardín, ahora el niño le dejará al gigante jugar también en su jardín, el Paraíso.
Cuando los niños vuelven, pueden ver al gigante muerto sobre flores blancas, en su jardín, y deciden marcharse a otro jardín para dejar descansar en paz al gigante.
Historias navideñas: La reina de las nieves, de Hans Christian Andersen
La reina de las nieves, de Hans Christian Andersen, es uno de los relatos más conocidos del autor y una de nuestras mejores historias navideñas. Muchos cuentos actuales se han inspirado en esta historia, entre ellos, la conocida película de Disney, Frozen.
En esta historia se cuenta cómo un Troll dedice construir un espejo en el que sólo se mostrarán criaturas horribles a las personas que se miren en él. El diablo y sus secuaces deciden robar este espejo y llevarlo al cielo para que los ángeles se asusten al verse convertidos en horribles criaturas. Pero, por un error, el espejo cae a la tierra y se converte en miles de granos que las personas aspiran hasta convertir sus ojos en pezados del cristal maléfico, haciendo que vean sólo lo horrible de las personas.
En esta historia aparecen dos niños que vivirán muchas aventuras cuando uno de ellos aspira uno de esos granos del espejo y decide visitar a la reina de las nieves, que tiene la capacidad de convertir todo en hielo, para que supuestamente, le ayude.
Historias navideñas: El Premio Gordo, de Blasco Ibáñez
El premio Gordo, de Blasco Ibañez, es sin duda una de nuestras historias navideñas favoritas. En ellas nos cuentan cómo tener tanto dinero no nos da la felicidad y que, incluso, puede ser nuestras perdición.
En esta bonita historia que sucede el día la víspera de nochebuena, el narrador se mezcla con el personaje que crea, situándose en las mismas circunstancias y tratando de aprender de los errores que ha cometido el hombre de su propia creación.